miércoles, 18 de enero de 2017

PLANTAS DEL ECUADOR

La gran diversidad de la flora ecuatoriana ha sido reconocida y estudiada desde hace mucho tiempo, pero no fue sino hace ocho años que, con la publicación del monumental Catálogo de las Plantas Vasculares del Ecuador (Jørgensen & León-Yánez 1999), se documentó la presencia de más de 16 000 especies de plantas. Este número en los últimos años se ha incrementado en un 6%, por lo que en la actualidad el número de especies vasculares sobrepasa las 17 000 (Ulloa Ulloa & Neill 2005, Jørgensen et al. 2006). En este mismo sentido, el alto endemismo de la flora del Ecuador se reconoció desde el siglo XIX, pero no fue sino hasta el año 2000 cuando se publicó el Libro Rojo de las Plantas Vasculares del Ecuador (Valencia et al. 2000) en el cual se documentó la existencia de 4011 especies conocidas solamente en el Ecuador. Finalmente y de manera similar, la flora de este país ha sido desde siempre reconocida por ser inmensamente rica en plantas útiles; evidencias de esto se tienen en las crónicas de los misioneros que acompañaban a los conquistadores donde se hacía referencia al uso que daban los indígenas a las plantas que crecían en estos territorios. Posteriormente, han aparecido cientos de publicaciones provenientes de todos los rincones del país. Pero como ha sucedido con otros aspectos de la flora ecuatoriana, nadie en realidad conocía qué tan grande era la proporción de especies útiles en relación a la flora total; menos aun se sabía cuáles eran utilizadas con más de un propósito o quién poseía la información sobre estos usos.
 Las plantas utilizadas para materiales conforman la segunda categoría de uso más grande con alrededor de 2800 especies. Muchas plantas se utilizan como madera para construcción y para elaborar artesanías, para la obtención de materia prima para fabricar jabón, cosméticos y acondicionadores de pelo, mientras que otras se usan incluso, como repelentes de insectos. Algunas especies producen fibras naturales, colorantes, taninos, resinas, alcoholes y muchos otros materiales. Todas estas plantas proveen materia prima de bajo costo a millones de personas, por lo que estudios más detallados que documenten su distribución, requerimientos ecológicos, usos potenciales, producción para uso local y para la exportación, deberían ser realizados. Sin duda estos recursos deben ser protegidos y manejados sustentablemente a fin de que las futuras generaciones dispongan también de ellos


 En general, un conocimiento más profundo sobre las plantas útiles del Ecuador es muy necesario; la comprensión sobre este tema puede ayudar a utilizar apropiadamente la enorme biodiversidad del país. Un uso apropiado e inteligente de los recursos implica mucho más que, simplemente, estudiar las plantas, sus usos o sus compuestos químicos. Estos estudios deben estar acompañados y fuertemente ligados a los derechos de propiedad intelectual, respetando de esta manera el origen del conocimiento. Existen casos en que el conocimiento está ampliamente difundido y no tiene un origen y propietario bien definido. En otros casos, por el contrario, el conocimiento puede ser particular a una nacionalidad o grupo étnico específico y bajo esta situación, la propiedad intelectual deberá ser considerada con el mayor cuidado y respeto.